Aprendiendo a Vivir en Ciclos

Cuando queremos construir resultados sostenibles juntos, nos enfrentamos al gran desafío de aprender a vivir en ciclos como la naturaleza.

El ciclo del descanso

Son alrededor de las siete de la noche, el firmamento comienza a teñirse de rojos y naranjas avisando la llegada del ocaso. Ningún ser vivo (excepto el ser humano) busca que el día tenga más horas de luz.

Las plantas agradecen la noche porque es su tiempo de respirar, esto las prepara para realizar su proceso de fotosíntesis al día siguiente.

Durante la noche, o el periodo de descanso (algunos seres vivos lo hacen de día), no es que estemos “sin hacer nada”, es que “llevamos a cabo otro tipo de procesos” que en nuestros periodos de actividad no realizamos.

Todos los seres vivos tenemos periodos de descanso, porque durante este tiempo el organismo lleva a cabo procesos de restauración física, procesos de consolidación de la memoria, acorde a las experiencias del día, ahorros y restablecimientos de energía, regulación emocional y cognitiva y regulación hormonal y metabólica, entre otras.

En general el descanso parece tener un impacto importante en nuestras capacidades de aprendizaje. En los animales, por ejemplo, se vincula con recordar rutas o técnicas de caza y mantener un sistema inmunitario…